Bien acompañados

Comenzamos a andar por este camino de la maternidad consciente, bastante solos. Pero hemos encontrado un gran apoyo en varias familias que comprenden la crianza de la misma forma que nosotros. A ellas debo agradecerles el abrirme el camino y hacerme sentir más segura de lo que estamos haciendo para y por nuestra pequeña familia, ya que en sus hijos puedo ver lo que podría ser nuestra Pequeña de aquí a unos años, y me gusta mucho. Ellas nos demuestran cada día lo hermoso que es todo si el amor y el respeto son nuestros maestros y lo sanos emocionalmente que crecen los hijos.
Ser consciente de lo que significa EDUCAR a un hijo me resulta a veces agotador. Una vez que cruzas la puerta de nuestro hogar hacía la calle estás entrando en un mundo en el que reina el estres, la falta de tiempo, las carreras y las cosas demasiado fáciles. Para nosotros dar un chupachups a un niño para entretenerlo y acallar su conversación... deja mucho que desear. Dejar que venga un niño desconocido en el parque pidiendo lo que tiene otro niño y que los padres intervengan para darle al DESCONOCIDO lo que ES del otro... como dice Carlos González en su libro "Bésame Mucho", yo no le dejaría mi bolso a una desconocida sólo porque ella deseara tenerlo un rato, eso no es compartir. Tener que ver en los cumpleaños como los niños más mayores no quieren estar con los pequeños sólo porque son más pequeños... Escuchar a una madre decirle a su hijo (y no pongo en duda que lo adore tanto como yo a mi hija) "me tienes harta" o cosas aún peores, me ponen la piel de gallina. Ir a visitar a alguien y que lo segundo que le diga a nuestra hija es "tengo un canal sólo de dibujos en el digital, ven que te lo pongo"... Realmente a veces siento que esto es una lucha constante contra la sociedad.
Por eso haber encontrado a estas familia que comparten nuestros valores es un alivio. Con ellas compartimos agradables momentos que sirven para que nuestros peques jueguen, aprendan y se relacionen en un entorno sano y saludable. Solemos encontrarnos una o dos veces a la semana en el campo o la playa, contamos cuentos, buscamos frutos silvestres, vamos a visitar caballos, gallinas,... y simplemente disfrutamos juntas de ver crecer a nuestros hijos tan felices y alegres. Es maravilloso ver como sin tener las mismas edades, comparten juegos de igual a igual, se respetan, y aprenden los unos de los otros. Cuando estamos juntas podemos relajarnos y disfrutar del entorno y la compañía sin estar constantemente alerta.

Mami.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...