Vivir sin guarde

Hoy en día, el no llevar a tu hij@ a la guardería es considerado casi una falta de atención hacia él/ella. En la última revisión pediátrica de nuestra Pequeña una de las preguntas fue "¿a qué guardería va?", osea que se da por sentado que una niña de 19 meses ya se ha incorporado al "mundo de los horarios y la socialización". Para nuestra pequeña familia esta opción no es válida.

Consideramos que cuando uno decide convertirse en padre está dispuesto a poner las necesidades de los hijos por delante de cualquier cosa. Nosotros elegimos traerlos a este mundo, ellos no tienen la opción de negarse a venir. Y las necesidades vitales de un niño deberían cubrirlas sus padres (por ejemplo la seguridad, ¿si un niño se asusta hacía quien correrá a refugiarse?, seguramente hacia su mamá; ¿detrás de quien se esconden cuando tienen verguenza?, de mamá; ¿y si están enfermos?, ¿con quien queremos estar los adultos cuando estamos malitos?, pues con mami). Ya sé que en esta sociedad en la que las hipotecas nos exprimen, es a veces imposible conseguir que uno de los dos adultos se quede al cuidado de los pequeños, pero hay que intentarlo al menos. En nuestro caso, hacemos filigranas con el sueldo de Papi y yo he tenido que convertirme en niñera eventual, pero al menos así podemos, por ahora, ofrecer a la Pequeña todo lo que necesita de nosotros.

Consideramos que en casa pueden tener las mismas experiencias que en un centro infantil. Nosotras nunca estamos quietas; leemos cuentos, moldeamos, coloreamos, hacemos manualidades, investigamos, corremos, saltamos,... Y la socialización la resolvemos de diferentes maneras. Por ejemplo, saliendo varias veces a la semana de excursión al campo y a la playa, y así a parte de entrar en contacto con la naturaleza podemos compartir juegos y experiencias con otras mamis y sus hijos de edades diferentes. También haciendo meriendas con seis, siete, ocho mamis de bebés de la misma edad que la pequeña, cada ocasión en una casa diferente.
Además nuestra Pequeña forma parte de mi, es casi mi sombra, y siempre a estado conmigo en todos sitios. Me he formado como asesora de lactancia y como educadora de masaje infantil y ella a asistido a los cursos conmigo; si he tenido que ir al médico, ella conmigo; hay que hacer la compra, ella a mi lado;... ¿que mejor forma de socializarse que relacionarse con todo tipo de personas en todo tipo de situaciones?. Además siempre ha sabido estar en cada lugar, claro que es una niña y ha jugado y se ha movido, pero siempre de manera tranquila y sin molestar. Asistiendo a todo tipo de lugares con nosotros a aprendido también a saber estar.

Alguna vez a tenido que quedarse con la abuelita, la tita o incluso con alguna vecina a la que apenas tratamos más que para el simple saludo en la escalera, y no ha habido problemas de llantos o caras raras. Pensamos que se debe a que hemos creado una confianza desde el principio y Ella sabe que a veces es preciso separarnos un rato por algún motivo real y lo comprende y acepta. Pero siempre intentamos integrarla por completo en nuestro día a día.

No vemos en ella ningún déficit de aprendizaje con respecto a los niños que sí asisten a la guardería. Cada uno es especial en algo, todos llevan un ritmo diferente,. y al fin y al cabo son niños ¿no? ya tendrán edad de "introducirse" en la borágine de horarios establecidos.

La sociedad no deberia olvidar los orígenes de las guarderías, que fueron creadas para facilitar la inserción laboral de las madres, no para que nuestros niños fueran adultos más cultos ni inteligentes.

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