Una corona de Navidad.

Nuestros vecinos de enfrente ponen todos los años una preciosa corona de Navidad en su puerta y nunca nos habíamos decidido a imitarlos. Pero este año a sido la peque la que nos ha instado ha hacerlo cada vez que pasábamos ante su puerta. Así pues, con toda nuestra alegría nos pusimos manos a la obra.
Optamos por crearla nosotros mismos y dejarnos un poco de consumismos, por lo que el primer paso fue darnos un paseito por el campo para recoger los materiales. Nos acompañaron la "Super Tita-Madrina"y la Abuelita.


No cabe duda de que estas excursiones siempre son divertidísimas y que a los tres nos encantan. O debería decir a los cinco; a Papi, la Princesa, Pirata, Bandido y a mi.
Recogimos ramas de sabina y piñas.

Pero también pudimos observar otras cosillas, como esta seta o "casita de gnomos". Ahora nos encanta inventar historias de duendecillos del bosque, dónde viven, cómo se desplazan, de qué se alimentan... A nuestra peque le encantan.



Nuestra Princesa ADORA a su Super Tita-Madrina. No desaprovechan ni un solo instante cuando están juntas.



Al día siguiente nos pusimos a confeccionar nuestra corona.
Siempre trato de buscar actividades para que nuestra hija pueda participar activamente en ellas. Pero he descubierto que a su edad, acaba de cumplir dos años, no necesariamente tiene ser de manera directa en todo el proceso, para que se divierta. A ella todo o casi todo le interesa, y aunque en la parte de ir a recoger los materiales está completamente integrada, no está menos interesada en esta parte del proceso, aunque parezca que está en otras cosas.

Ella va observando, yendo y viniendo a tocar las cosas con las que estoy trabajando, jugando alrededor... Y muchas veces ayudándome!!!.



Y por fin, este es el resultado final de dos tardes muy entretenidas para las dos.


Mami.

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