Control de esfínteres. ¡LLEGÓ POR SORPRESA!

Llegó el control de esfínteres por parte de nuestra Princesa "Blanca Nieves" (desde hace varias semanas Ella ha decidido ser éste personaje de cuento), de manera totalmente inesperada por nuestra parte.

Ha principios de éste verano comenzó a nuestro alrededor el revuelo de "la retirada de pañales". Casi todas las amigas de nuestra hija comienzan el colegio en Septiembre, y como es bien sabido , ¡en el cole NO SE PUEDE llevar pañal!. Poco importa que nuestras hijas entren sin haber cumplido los tres años o que fisiológica o psicológicamente no todas estén preparadas para éste paso. Nada importa más que la comodidad de un maestro a cargo de X niños, y que por falta de ¿presupuesto? no puede estar acompañado por las personas necesarias para poder cubrir de verdad las necesidades reales de cada niño. Así que una vez más se estandariza, y la sociedad asume sin más que todos los niños que entran a pre-escolar están sobradamente preparados para hacerse cargo conscientemente de sus esfínteres. Imagino que ya podéis deducir cual es nuestra opinión al respecto. Con lo que en casa no nos unimos a ésta oleada.

Como todos los veranos de la vida de nuestra hija, pensaba tenerla desnuda por casa, con la fregona a mano. Pero con la única intención de que plásticos o telas no la incomodasen. Ya hace demasiado calor desnudos, como para tener que soportar los incómodos pañales. En absoluto pensaba que ésta fuese a ser la estación en la que comenzase a controlar sus pipís y sus cacas. He leído mucho sobre ello, y suele ser normal que suceda a los tres, cuatro años,... ¡Cada uno en su momento!. También comprendí el porqué no es bueno "enseñar" y las repercusiones que puede llegar a tener el hacerlo, a corto y a largo plazo. Para poder "aguantarse el pipí" fuerzan la musculatura de la zona de tal manera que ésta queda contraída y luego pueden padecer entre otras cosas estreñimiento crónico, dolores menstruales en la edad adulta, incluso puede tener repercusiones a la hora de dar a luz a sus hijos. Y esto hablando de problemas físicos, los psicológicos ya os los podéis imaginar (por ejemplo, muy evidente, vergüenza de si mismos si se les escapa el pipí).

La cosa sucedió hace ya más de un mes. Una mañana, al levantarnos se quitó el pañal y cuando me vió hacercarme con otro en la mano, me soltó:
-No mamá, no quiero pañal.
-¿¿¿Seguro??? ¿¿¿Quieres ir ha hacer  pipí al váter???.
-No.
Pues allí me quedé, pasmada. La que no estaba preparada aún para dejar de usar pañales ¡era yo!. No se hizo ni un sólo pipí encima en todo el día. Yo le preguntaba cada rato (como he escuchado hacer a las mamás que me preceden)  si quería ir al baño, unas veces me respondía que no y algunas que sí. Y menudos pipís más grandes que hacía cuando se sentaba, nada de esperar juntas a que saliese, sentarse y levantarse, como un adulto. ¡Preparadísima!. Así que dos o tres días después de comenzar esta nueva etapa de nuestras vidas dejé de preguntarle, Ella era totalmente consciente y iba sola al baño cuando lo necesitaba. Ahora a  veces escucho la cisterna, me acerco a ojear y me la encuentro que ha hecho su caca, la ha tirado del orinal al váter, ha tirado de la cisterna y se está limpiando ella solita. Muy pocas veces me ha pedido que la acompañe, vamos, creo que nunca.

Ha habido algún pequeño retroceso. Aunque las cacas también las controlaba bastante bien desde el primer momento, alguna se ha hecho encima. Y eso ha supuesto que después me pidiese ponerse el pañal un par de días. Desde que comenzamos este camino le hemos dicho que puede llevar pañal o braguitas, lo que ella quisiese, cuando quisiese; pero el hecho de mojarse o ensuciarse le incomoda o averguenza y hace que retroceda. Es difícil esto del control de esfínteres. Es parecido al caminar, cuando dan sus primeros pasos pueden tropezar y eso les hace volver atrás un poco, pero luego vuelven a dar más pasos si están bien acompañados.


Ya lleva dos semanas durmiendo sin pañal y sólo ha mojado la cama una vez, esta noche pasada (ha hecho muchísima calor y a bebido agua y teta muchas veces).
Una noche, después de ver que llevaba días levantándose con el pañal seco, le pregunté si quería pañal o braguitas, "¡braguitas!" me dijo. La noche siguiente volví a hacer la misma pregunta, "pañal" respondió, se lo puse y al rato se lo quitó ella sola. Desde esa noche no he vuelto a preguntar.

Al principio comenzó usando un orinal que le regaló la abuelita el verano pasado. Pero ahora hemos descubierto que se encarama al váter "de mayores" y está dejando de usar el orinal. Le encanta ser mayor.
Y yo recuerdo esas veces en las que le preguntaba "¿quieres hacer un pipí como mamá?" cuando venía al baño conmigo, y me respondía aterrorizada "NOOOO".

Todo proceso natural y evolutivo llega en su momento, sin necesidad de dirigir, enseñar o proponer. Todo sucede antes o después. En casa creemos en dejar que los niños evolucionen a su ritmo, y hasta ahora, el tiempo nos ha dado siempre la razón. Seguiremos confiando en la sabiduría de nuestra hija, la misma que poseen todos los niños si no se les apaga la chispa antes de tiempo.

¡A seguir aprendiendo y sorprendiéndonos juntos!


Mami.


1 comentario:

Anónimo dijo...

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