"EL CASCANUECES"





Delicado, sutil, mágico.
Así nos ha parecido a papi y a mi nuestro primer Ballet. Por primera vez en nuestras vidas hemos acudido a un evento similar, y todo gracias a nuestra hija. Adora el ballet y a pesar de su corta edad se embelesa mirando entera el DVD de "El lago de los cisnes, del Ballet de Moscu".

Hace ya unos meses, al verla tan interesada por la danza decidí  que probara una clase. Fue encantada. Pero la simpática profesora no me permitió pasar con ella al aula y eso ya no nos gustó demasiado. Aún así, nuestra peque entró y cuando comenzaron con los pasos de calentamiento se emocionó más que ninguna de las pequeñas bailarinas. Estaba encantada y disfrutando muchísimo, hasta que la responsable del grupo decidió que era el momento de cerrar la puerta del aula para que los papis no distrajésemos a las niñas. Cuando eso sucedió, nuestra hija dijo que quería salir, y la profesora le ofreció un caramelo a cambio de quedarse en la clase. Ella se quedó, pero terminó llorando y la profesora me la sacó de la manita diciéndome "es demasiado pequeña, prueba el año que viene".
Fue un error por mi parte, evidentemente no estaba preparada para sentirse segura en un lugar extraño sin nadie conocido. Aún no existe en nuestra isla un lugar donde los niños pequeños puedan disfrutar del ballet a su ritmo y acompañados por sus padres, o al menos yo no lo he encontrado. Así que por ahora seguimos disfrutando de la danza alegremente en casa.

Estando de compras hace pocas semanas vimos el cartel de esta función. Le propusimos a la princesita acudir.... y Ella encantadísima. Llevaba desde el día en que decidimos asistir preguntando cuando sería. Se ha mirado las entradas mil veces esta semana y al final, llegó el GRAN DÍA.
Aunque confiamos mucho en ella, nos quedaba un pequeño rescoldo de duda ante la posibilidad de que el expectáculo le resultase demasiado largo.... Qué ignorantes somos a veces los padres. Nuestra Pequeña se sentó sobre mi regazo mirando con cara espectante el telón y preguntando impaciente cuando comenzaba. Dos horas más tarde, al acabar la función, seguía con la misma cara atónita fija en el escenario.
Disfrutó más que nosotros y nos brindó la oportunidad de contemplar un espectáculo sin igual, el del FANTÁSTICO ballet, y el de ver su cara absorta en cada movimiento de los bailarines.


Una vez más os repito
Delicado, sutil y mágico.
Estos bailarines hacían tan fácil lo imposible que es sin duda increible. Cada uno de sus movimientos era tan perfecto, lento y marcado que no podíamos apenas respirar.
Me recordaron al asombroso y seductor aleteo de las mariposas.
Sin duda, soberbio.


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