¡Eso no! ¡CACA!



Estoy hasta el moño de esta frase y varias similares que nos torpedean cada vez que nos salimos de un círculo determinado de amistades.
Siempre hemos tratado que nuestros hijos sean tratados del mismo modo que los adultos, y que aún tengamos que seguir lidiando con este tipo de comentarios me aburre ya en exceso. Sobre todo cuando los realizan personas de nuestro entorno directo y que de sobra ya hemos tratado de corregir en el trato que realizan hacia ellos.
Que nuestro pequeño de un año va a coger una piedra del campo "ESO NO, ES CACA", ¿CÓMO QUE ES CACA?¡¡¡ Es una piedra!!!, ¡¡¡y un niño de esa edad necesita cogerla, palparla, olerla incluso saborearla!!!. ¿Porqué no dejamos que los niños se desenvuelvan y desarrollen de forma natural? ¿porqué tantas travas siempre por parte de los adultos "responsables"?.
Otra de las expresiones que me persigue de forma semanal es "¡ESTE NIÑO ES UN BICHO!". ¿Qué mi hijo es un bicho porque anda alrededor de una mesa para coger unos lápices, o unas revistas?, por favor, si se estuviese sentado en el sofá viendo la televisión sin despegar la mirada no lo sería ¿verdad?. Pues yo considero que la manera correcta y sana de desarrollarse es esa, MOVERSE, INVESTIGAR, preocupada estaría si mis hijos a esta edad se quedasen sentaditos sin más.
Tantas y tantas frases ya gravadas a piel en la cultura popular que me desquician.
En nuestra casa siempre tratamos de hablar teniendo muy en cuenta cómo nos expresamos, porque ni un niño de un año es "muy pequeño" ni uno de cuatro "no se entera". Siempre hablamos de forma abierta y explicamos las cosas del mismo modo que se las explicaríamos a cualquier adulto.
Por ejemplo hay cosas que para mi no deben hacerse, por ejemplo subirse en sillas en el balcón, pues a I. no le hemos contado eso de "eso no se hace" sin más. Le he explicado que me da miedo que pueda caerse, que estamos demasiado altos y que si desea ver algo fuera de nuestra barandilla puede decírmelo y yo la cojo. Pues tiene cuatro años y jamás se ha subido a nada, muchas veces a venido corriendo y gritando "corre, corre mamá, el camión de la basura" para que la asomase a verlo.
Otra de las formas en que me molesta en demasía que traten a mis hijos es desde el miedo. "CUIDADO", "NO TE ASUSTES", "TRANQUILA" son palabras que hay que saber utilizar para no interferir en sus inquietudes. Por ejemplo, vamos a saludar a un perro y corriendo alguien dice "cuidado no te muerda". ¿Acaso esa persona no se ha percatado que el perro va con correa de la mano de su dueño y en una actitud la mar de amistosa?, pues con ese comentario sólo puede conseguir enrarecer el trato que los niños tengan con los animales en vez de permitir que los conozcan y sean ellos quienes saquen sus propias conclusiones.
A veces veo como el trabajo que llevamos años haciendo en nuestra familia, puede ser destruido en apenas dos palabras y eso me hace enfurecer. Me hace alejarme de determinadas personas, o evitar situaciones concretas, pero estamos rodeados, y esa manera de tratar a los niños es el pan nuestro de cada día por desgracia.
No hace mucho escuchaba a una mamá decir a la cajera del supermercado, mientras su hijo de dos años atrincherado con los cinturones del carrito trataba de moverse "es que es malo, no para nunca, es de lo peor". No dudo del amor de esa madre a su hijo, pero ¿no se da cuenta de lo que está diciendo de él?, y lo que es peor ¡él esta ahí presente escuchando a su madre, su ser más idolatrado, decir eso sobre él!. Y ahora para más inri contaré que ese niño llevaba desde las ocho de la mañana en la guardería y que eran las cinco de la tarde y lo acababa de recoger, lo llevaba en ese carro atado y esperaba que el niño no tuviese ganas de andar, correr, saltar, abrazarla, darle la mano, tocar cosas en las estanterías,... vamos, las cosas que hacen todos los niños de esa edad.
Creo que demasiados adultos tratan a los niños como a cajas vacías que hay que llenar, y aunque realmente fuesen esas cajas vacías que ellos creen, no se dan cuenta que esas frases también los llenan. Esos vacíos por no dar explicaciones, también los llenan. Esas mentiras por hacerse la vida más fácil, también los van llenando. Llenando de pensamientos y actitudes tristes, volviéndolos adultos sin valores, sin respeto.

Pues para abrirle un poco la mente a algunas personas que considerarían peligroso, por ejemplo, que un niño pequeño jugase con canicas o chapas, aquí están las imagenes que demuestran que pueden hacerlo. Para eso están los adultos, para salvaguardar la integridad de los niños, pero no negándoles realizar sus necesidades, sino acompañandolos al hacerlo.



2 comentarios:

Cuchifu dijo...

¡¡¡¡¡ Olé !!!!!!! Estoy contigo!!!! Me siento muy identificada!!!!

Inma dijo...

Cómo entiendo y me identifico con esta entrada! A mí también me cuesta mucho lidiar con estas cosas! Un beso.

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