Estoy muy callada, muy muy callada. Pero esta vez tengo muchas ganas de hablar y expresar el dolor que nos hizo sentir esta cruel sociedad. Sólo espero unas semanas más. Para que el dolor que se está convirtiendo en orgullo, pueda ser llevado con la cabeza bien alta. Quizás algunas familias homeschoolers me entendéis ;).
QUERIENDONOS CADA MINUTO
Aprendemos en casa, a nuestro ritmo, con dulzura y respeto.
En breve, volveré.
Estoy muy callada, muy muy callada. Pero esta vez tengo muchas ganas de hablar y expresar el dolor que nos hizo sentir esta cruel sociedad. Sólo espero unas semanas más. Para que el dolor que se está convirtiendo en orgullo, pueda ser llevado con la cabeza bien alta. Quizás algunas familias homeschoolers me entendéis ;).
El ciclo de vida en las mariposas.
Esta semana todas nuestras actividades están relacionadas con las mariposas a petición de I.,
y he encontrado este tesoro en YouTube.
Espero que a vuestros hijos también les guste.
Quitando telarañas
De vuelta al rincón en donde dejamos que los sueños se palpen entre teclas y fotos...
Mi rinconcito, el sitio donde me dejo ir y muestro nuestros corazoncitos.
Bienvenidas de nuevo ciber amigas. He vuelto al ciber hogar.
Estoy abriendo ventanas por nuestro blog, poco a poco, entre polvo y recuerdos encuentro vuestras palabras y me sorprendo descubriendo que vosotras habéis seguido aquí.
Continuo espesa de ideas, pero con muchas ganas de compartir aquí nuestra nueva vida.
Seguimos educando en casa, eso siempre será así.
Pero las paredes que nos acogen han cambiado. Han sido meses de revolución exterior, porque por dentro somos la misma familia.
¡Bienvenidas compañeras, subid al barco que zarpamos!.
Quietud bloguera =)
Estoy callada, en silencio, mis dedos quietos.
No siento la necesidad de hacer nada más que estar sin más. En la sombra, cobijada tras la pantalla del ordenador. Curioseando a veces de aquí para allá, pero sin profundizar en ninguno de mis adorados blogs.
Sólo estoy, sin más.
Así mismo deambuleo por mi vida. Dejándome llevar por el natural ritmo de la hermosa maternidad, a veces calmado a veces agitado.
Sencillamente, me dejo guiar, por los que saben de verdad, por mis tres pequeñuelos. Y así nos va realmente bien. Disfrutamos cada día.
No hacemos grandes cosas. Nada en concreto digno de ser compartido, porque no hacemos más de lo que haría cualquier mamá.
Lo hermoso que creo importante compartir es el simple hecho de estar feliz siendo sencillos.
Una vida sencilla; sin analizar nada, sin escudriñar entre blogs, sin indagar entre manuales sobre infancia,...
Mi única tarea es la dedicación absoluta a dejar una huella imborrable en la vida de mis hijos. Que cuando miren hacía su lejana infancia siendo ya adultos, recuerden los juegos y las risas con mamá. El olor a canela mientras horneábamos bizcochos. Los momentos en secreto, haciendo locuras escondidos de papá. Los teatros. Las historias en la cama a oscuras sobre osos amorosos, circos y jardines encantados. Y tantos y tantos momentos compartidos todos juntos entre sonrisas.
Todo es más armonioso, sincero y bello cuando se hace desde el corazón.
Mami.
¿POR QUÉ SE NOS CAEN LOS DIENTES?
Te encontré sentada en la silla de la cocina, llorando con un pedazo de pan en la mano.
-¿Qué te pasa, Verónica?-Se me mueven los dientes. . . se me van a salir. . .
En tu carita de asombro y de incredulidad, se veía el miedo que te daba perder algo tuyo, algo irrecuperable: esos dientes chiquitos, masticadores de caramelos, protagonistas de tus sonrisas verdaderas. . .y de las otras, dibujadas para conseguir una de las tantas cosas que se te antojan.
-A todos los chicos se les caen los dientes –te expliqué, tratando de reírme para darte ánimo-. Y luego les salen otro nuevos, más fuertes, más grandes. . .preciosos. . .con puntillitas en los bordes.
Te gustó lo de las puntillitas y me tomaste la mano, acercando mi dedo a tu boca para que hiciera bailar tus dientes flojos.
-¡Ah, qué maravilla! Mañana o pasado ya van a estar afuera, y por la noche los pondremos bajo la almohada para que se los lleve un. . .-¡Iba a decir ratón, pero recordé que les tenés miedo a los ratones, a las arñas, a los perros, a lo desconocido y a lo conocido, que no puede controlarse con una directiva de la mente!
Entonces se me ocurrió:
-. . .para que se los lleve un “angelito” y te deje un regalo a cambio.
Los angelitos están en las canciones de cuna que te cantaba cuando eras más pequeña. Están en algunos libros de cuentos que tenés. Están en el “hasta mañana, que sueñes con los angelitos”.
Los angelitos vuelvan sus regaderas sobre los jardines en los días de lluvia, les sacan brillo a las estrellas con un trapo de seda, abren los capullos apretados para que por las mañanas nos deslumbren las rosas.
-¿Y qué van a hacer los angelitos con mis dientes?
Tus queridos dientes no podían ir a un archivo general de dientes, a ponerse grises en un casillero, a engarzarse en un anillo de juguete. . .
-Se los llevan a los nenes chiquitos que aún no tienen dientes. Si los angelitos tienen ganas de volar, se van lejos, muy lejos, a países que quedan del otro lado del océano, y entonces tus dientes conocerán otras ciudades, otra escuela, otro idioma diferente al nuestro.
-Mis dientes aprenderán inglés, francés o italiano. . .
-O ruso, o chino, o sueco. . .todo depende de las alas de los angelitos.
Dejaste el pan y corriste al espejo. Estabas apurada y ansiosa, haciendo muecas, mirándote la boca.
-Yo no quiero que mis dientes se vayan lejos, quiero que el angelito se los ponga al nenito que vive al lado de mi escuela, que no tiene ninguno. Así los puedo ver. . .porque cuando paso y le toco la cara, el nene se ríe conmigo.
-Bueno. Le vamos a escribir una carta al angelito para pedírselo. ¿Y que querés que te deje a cambio de los dientes?
-¡Unos zapatos rojos. De tacos!
Rojos. De tacos.
Mi loquita de cinco años empecinada en convertirte en señorita. Sacándote la hebilla del cabello, pataleando para que te ponga la blusa nueva para estar en casa, colgándote mis collares y revoleando mis carteras en tus caminatas de mi cuarto a la cocina, de la cocina a tu cuarto.
Y ahora los zapatos rojos de tacos, que conseguí en un negocio en el que venden artículos para bailarinas.
Empinadita en ellos, armas un alboroto de chac-chac-chac que estremece la casa.
A vces, cuando estoy distraída y te oigo caminar con los zapatos altos, me parece que han pasado diez años, que sos una muchacha entrando apurada de la calle para contarme que el muchachito de la vuelta. . .
¡Qué pronto pasaron estos cinco años, qué corta es para mí tu infancia, esta infancia que para vos debe ser larga, como me parecía la mía cuando yo era chiquita!
Nunca se terminaba de aprender las cosas.
Nunca se terminaba de llegar a la marca de la altura de la prima mayor, hecha con una raya de lápiz en el marco de la puerta.
Yo quiero decirte que la infancia es una ciudad de oro, una ciudad encantada desde donde se mira un cielo con estrellas arrojadas en él como papel picado; una ciudad en la que ninguna calle tiene nombre y se reconocen por cosas verdaderamente importantes: la calle de la escuela, la calle de la juguetería, la calle del cine, la calle de mi casa.. .
Después, las calles se ponen en fila, como un gran ejército; se llenan de números, y carteles escritos con mayúsculas.
Después. . .las estrellas se agrupan en constelaciones perfectamente explicadas en los libros de texto.
Verónica, nena mía, ya veo, cuando te reís, las puntillas en los bordes de tus dientes nuevos. Éstos serán los que alguna vez apretarás con rabia, con desesperación, con amargura; con todo eso que no podré evitar pese a mi amor por vos.
Los otros, los de leche, el angelito me los dio a escondidas. Esos que masticaron caramelos y no conocen el sabor del dolor, los he guardado en la misma caja en que conservo una fotografía de cuando yo tenía tu edad.
A esa niña que fui y que a veces añoro, el angelito le regaló tus dientes.
Pero como esto no podés entenderlo todavía, buscalos en la sonrisa del nene que vive al lado de la escuela.
Poldy Bird – ¿POR QUE EL MAR ES SALADO? Colección Tobogán – Ediciones ORION (1984)
Moviles caseros para bebés.
Adoro el trabajo de esta mamá haciendo cositas para su bebé. Estoy tratando de seguir sus acciones y hacer móviles para nuestra pequeña bebé iguales que los suyos. Me encantan, y su trabajo está tan logrado que prefiero enlazaros para que veáis que cosas tan hermosas hace. En casa hemos hecho cuatro. Mañana haremos el siguiente.
Sus móviles para bebés aquí: Olives and Pickles
Las fotos son de sus trabajos. Perfectos.
Cuento hecho en casa para regalar.
En unas cuartillas hemos creado una historia para un pequeño amigo fan de los coches. Luego las hemos plastificado y han quedado fantásticas.
Un poco de imaginación de I. para crear una historia, las manos de papá para crear el coche con super poderes y lo demás llega rodando.
I. a coloreado el coche y creado los ambientes, me encanta cómo lo ha hecho. Además ha imaginado la historia y la hemos plasmado casi tal cual, sólo ha necesitado un par de retoques.
Ha sido precioso crear este cuento. Después de desayunar, toda la familia sentada en la mesa, hemos colaborado para hacer este regalito. Ha sido una mañana de domingo de las inolvidables.
Absorta en la nada.
En casa estamos de reposo, o algo similar.
Absorta en la lactancia, observando crecer a la pequeña bebé que ya tiene cinco meses, disfrutando de las sonrisas y los millones de besos que P. nos regala a todos y admirando con placer el Ser tan especial que es nuestra hija I. Todo lo demás carece de sentido para mi.
El reloj dejó de existir hace ya mucho en nuestro hogar, nos guiamos por nuestras necesidades. Dormimos hasta que se nos acaba el sueño, desayunamos despacio y saboreando las frutas, tostadas o cereales que nos apetecen. La mañana pasa tranquila en nuestro salón lleno de luz natural entre juguetes, libretas, cuentos,... En seguida llega papá hambriento y nos prepara ricos platos. Su presencia dura poco, y volvemos a sumirnos en el placer de las no obligaciones. Tijeras, pegamentos, pinturas, coches, pelotas,... nos acompañan sin prisa hasta que oscurece.
Con la pequeña C. siempre en mis brazos, despierta y trata de alcanzarlo todo con sus pequeñas manita, hunde mis pezones en su boca para saciarse o acurruca su carita entre mis pechos y se duerme de nuevo placidamente.
Es un deleite vivir de este modo. A nuestro ritmo, sin prisa. Así es mucho más sencillo ser feliz y poder entregar amor a los pequeños hijos que corretean entre mis faldas.
No imagino mi vida sin mis hijos compartiendo su crecimiento físico e intelectual cada minuto conmigo. A veces pienso en lo que supondría en nuestras vidas entrar a formar parte del sistema escolar y un gigantesco nudo se me aferra a las entrañas. Me perdería las caras de satisfacción cuando descubren algo nuevo, cuando I. termina de colorear alguno de sus dibujos, no participaría del mismo modo cuando surgen en ella inquietudes por la lecto-escritura o las matemáticas. Y mil y una cosas dejarían de formar parte de nuestro día a día.
Así estamos tan a gusto, tan tranquilos, todo es tan perfecto, que no quiero que nada cambie,
Absorta en la lactancia, observando crecer a la pequeña bebé que ya tiene cinco meses, disfrutando de las sonrisas y los millones de besos que P. nos regala a todos y admirando con placer el Ser tan especial que es nuestra hija I. Todo lo demás carece de sentido para mi.
El reloj dejó de existir hace ya mucho en nuestro hogar, nos guiamos por nuestras necesidades. Dormimos hasta que se nos acaba el sueño, desayunamos despacio y saboreando las frutas, tostadas o cereales que nos apetecen. La mañana pasa tranquila en nuestro salón lleno de luz natural entre juguetes, libretas, cuentos,... En seguida llega papá hambriento y nos prepara ricos platos. Su presencia dura poco, y volvemos a sumirnos en el placer de las no obligaciones. Tijeras, pegamentos, pinturas, coches, pelotas,... nos acompañan sin prisa hasta que oscurece.
Con la pequeña C. siempre en mis brazos, despierta y trata de alcanzarlo todo con sus pequeñas manita, hunde mis pezones en su boca para saciarse o acurruca su carita entre mis pechos y se duerme de nuevo placidamente.
Es un deleite vivir de este modo. A nuestro ritmo, sin prisa. Así es mucho más sencillo ser feliz y poder entregar amor a los pequeños hijos que corretean entre mis faldas.
No imagino mi vida sin mis hijos compartiendo su crecimiento físico e intelectual cada minuto conmigo. A veces pienso en lo que supondría en nuestras vidas entrar a formar parte del sistema escolar y un gigantesco nudo se me aferra a las entrañas. Me perdería las caras de satisfacción cuando descubren algo nuevo, cuando I. termina de colorear alguno de sus dibujos, no participaría del mismo modo cuando surgen en ella inquietudes por la lecto-escritura o las matemáticas. Y mil y una cosas dejarían de formar parte de nuestro día a día.
Así estamos tan a gusto, tan tranquilos, todo es tan perfecto, que no quiero que nada cambie,
El camello cojito. De Gloria Fuertes.
Ya llega el día de Reyes. Seguimos cantando villancicos y contando historias sobre el nacimiento del Niño (y sobre muchos otros nacimientos, como los de mis propios hijos). Acabo de encontrar este cuento de la peculiar Gloria Fuertes y mañana estará en nuestras actividades. Reconozco que al leerlo no me ha gustado nada, pero al encontrarlo en Youtube, narrado por la propia autora, ha cobrado otro sentido para mi.
Aquí os dejo el video, delicioso, de "El camello cojito".
¡Feliz día de Reyes!
Objetores de la escuela.
No hay modo, por más que trato de no sentirme revelde, de no ofuscarme ante la sociedad que me envuelve, estoy viviendo una etapa de levantamiento, sobre todo, ante nuestras familias. Por eso me encanta encontrar artículos como este que exponen nuestra opción, la de hacernos cargo de la educación de nuestros hijos. Os enlazo "Objetar la escolarización" de UNA MÁQUINA PARA EDUCAR.
Por cierto, ¡Feliz 2013 a tod@s!.
Por cierto, ¡Feliz 2013 a tod@s!.
Harta.
Violencia tolerada disfrazada de respeto. No lo soporto.
Es demasido común encontrarse hijos insoportables de padres inaceptables.
Si ya, que se debe ser respetuoso porque cada uno lo hace lo mejor que puede, pues no, hoy no me valen estas palabras. Hay comportamientos inadmisibles en los niños, y los padres que los eluden están obrando mal y punto. No me vale que un niño golpee a otro, lance objetos que no son suyos con agresividad, se esconda en las sombras para tramar el vacío a otro, etc.. Ya está bien.
Desde luego debe ser más fácil cuando se es el padre o la madre del niño agresor, muy sencillo decir "Pedrito...." con las posaderas bien acopladas a un butacón o incluso arrodillándose a su altura para decírselo a los ojos. Y el niño al que le han pegado por tercera, cuarta,...,al que le roban de las manos cada objeto que trata de manipular, ese padre o esa madre ¿cómo debe actuar?. Abrazar y susurrar palabras de consuelo es lo único que se nos permite. Pues bien se merecen todos eso niños y aún más sus padres que les griten bien cerca del oído lo egoístas que son y sobre todo la falta absoluta de empatía y humanidad que poseen.
Estoy harta ya de frases como "son niños, tienen que aprender a resolver sus conflictos" o una que aún me parece más inaceptable si cabe "tiene que aprender a defenderse". Perdone usted, adulto responsable y consciente, a mí mis padres me enseñaron que ante todo en esta vida hay que respetar al prójimo, los niños no necesitarían defenderse ni "resolver sus conflictos" si no existiesen niños mal educados como los que abundan hoy en todas partes.
Sí es cierto que cuando dos amigos están jugando surgen discusiones, lo acepto como algo natural que deben trabajar entre ellos. También suceden estas cosas entre adultos, es ley de vida. Pero entre mis amigas y yo no hacemos vacíos a nadie, ni les quitamos cosas, ni insultamos o golpeamos. ¿Qué sucedería si yo golpease a una de mis amigas?, ¿se quedarían las otras impasibles?, ¿y si fuese mi marido quien me lanzase un objeto de forma violenta?. De todas las respuestas que se me ocurren ninguna sería el "tiene que aprender a resolver sus conflictos" o otras similares.
Esta sociedad está corrompida, desconozco el motivo, y los niños son el reflejo categórico. A veces pienso que la gente permite estos comportamientos por comodidad, pero creo que es más agradable y manejable en realidad educar a tu hijo y poder disfrutar de él allá donde vallas sin tener que estar viendo este tipo de escenas violentas.
No me valen los respetos y las charlas cariñosas en estas situaciones, lo siento. Estoy harta de violencia, porque es eso: VIOLENCIA.
Es demasido común encontrarse hijos insoportables de padres inaceptables.
Si ya, que se debe ser respetuoso porque cada uno lo hace lo mejor que puede, pues no, hoy no me valen estas palabras. Hay comportamientos inadmisibles en los niños, y los padres que los eluden están obrando mal y punto. No me vale que un niño golpee a otro, lance objetos que no son suyos con agresividad, se esconda en las sombras para tramar el vacío a otro, etc.. Ya está bien.
Desde luego debe ser más fácil cuando se es el padre o la madre del niño agresor, muy sencillo decir "Pedrito...." con las posaderas bien acopladas a un butacón o incluso arrodillándose a su altura para decírselo a los ojos. Y el niño al que le han pegado por tercera, cuarta,...,al que le roban de las manos cada objeto que trata de manipular, ese padre o esa madre ¿cómo debe actuar?. Abrazar y susurrar palabras de consuelo es lo único que se nos permite. Pues bien se merecen todos eso niños y aún más sus padres que les griten bien cerca del oído lo egoístas que son y sobre todo la falta absoluta de empatía y humanidad que poseen.
Estoy harta ya de frases como "son niños, tienen que aprender a resolver sus conflictos" o una que aún me parece más inaceptable si cabe "tiene que aprender a defenderse". Perdone usted, adulto responsable y consciente, a mí mis padres me enseñaron que ante todo en esta vida hay que respetar al prójimo, los niños no necesitarían defenderse ni "resolver sus conflictos" si no existiesen niños mal educados como los que abundan hoy en todas partes.
Sí es cierto que cuando dos amigos están jugando surgen discusiones, lo acepto como algo natural que deben trabajar entre ellos. También suceden estas cosas entre adultos, es ley de vida. Pero entre mis amigas y yo no hacemos vacíos a nadie, ni les quitamos cosas, ni insultamos o golpeamos. ¿Qué sucedería si yo golpease a una de mis amigas?, ¿se quedarían las otras impasibles?, ¿y si fuese mi marido quien me lanzase un objeto de forma violenta?. De todas las respuestas que se me ocurren ninguna sería el "tiene que aprender a resolver sus conflictos" o otras similares.
Esta sociedad está corrompida, desconozco el motivo, y los niños son el reflejo categórico. A veces pienso que la gente permite estos comportamientos por comodidad, pero creo que es más agradable y manejable en realidad educar a tu hijo y poder disfrutar de él allá donde vallas sin tener que estar viendo este tipo de escenas violentas.
No me valen los respetos y las charlas cariñosas en estas situaciones, lo siento. Estoy harta de violencia, porque es eso: VIOLENCIA.
Diccionario en catalán para niños.
Últimamente I. está preguntando mucho cómo se dicen palabras en otras lenguas. Entre papi y yo hablamos además del castellano, el catalán, el inglés y el francés. Y la peque está descubriendo la maravillosa variedad de idiomas a las que puede acceder. Pero nunca conoces suficiente una lengua, así que a veces nos quedamos sin respuestas.
Por otro lado llevamos unos días que son mamás que escolarizan las que nos inundan de recursos útiles, que siempre viene bien encontrártelos así de fácil. Hoy una de estas mamá amiga nos ha mostrado esta página, y pasa a formar parte de mis recursos cotidianos desde ya.
En este enlace encontraréis un diccionario de catalán creado para niños, con un lenguaje sencillo y con imágenes que hacen más comprensible el significado de las palabras.
Para mi, el uso del diccionario de manera tangible siempre será imprescindible, pero de momento me conformo con poder trabajar el de castellano físicamente, y el de catalán ya llegará en forma de regalo en alguna ocasión.
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