En nuestra casa durante muchos meses nos negamos a ver televisión e incluso a poner cualquier contenido audiovisual a nuestra hija mayor. Fue una época maravillosa en la que I. revoloteaba a nuestro alrededor creando constantemente. Pero desde que P. llegó a casa, hemos recurrido de nuevo a esta forma de distracción para ellos. Eso sí, escogiendo el contenido y limitando su tiempo. Aunque preferiría vivir sin dibujos animados, ya que mi experiencia me demuestra que los niños se desarrollan de manera más espontánea y natural, he optado por tener una biblioteca audiovisual adaptada a las necesidades reales de mi familia.
Me apetece compartirla con vosotras y que me sugiráis también lo que creáis pueda ser de nuestro interés.
Así que creo nuestra pequeña BIBLIOTECA AUDIOVISUAL que espero valla creciendo con vuestra colavoración.
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