A coincidido justamente con su intereses por el edificio de Gesa en nuestra isla, ya que tiene unas chimeneas gigantescas. Así que me vino como anillo al dedo para hablarle un poquito de la electricidad.
Se nos ocurrió que como le gustan tanto las velas, podríamos mostrarle la forma en que se iluminaban antiguamente los hogares por la noche.
Empezamos haciendo un amoroso corazón, que luego convertimos en arco iris y más tarde en círculo como Ella propuso.
Los tres disfrutamos mucho de la armonía que se siente al tener la luz de las velas iluminando la habitación, es precioso ver las llamas dibujar sus movimientos de esa forma tan peculiar. Pero al día siguiente me tocó rascar la cera vertida por todo el parquet.
Ahora nos queda enseñarle una linterna.
Mami.
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