De la huerta a la mesa.

Estoy muy orgullosa de éste proyecto en el que nos embarcamos hace varias semanas. NUESTRA PROPIA HUERTA.
 Es un proyecto compartido con otras tres familias. Si no hubiese sido de éste modo, no me hubiese visto yo en estas labores.

Una de nuestras amigas nos invitó a colaborar en la creación del huerto en casa de otra familia y ¿por qué no?. Desde que nació nuestra pequeña intentamos ser más conscientes de lo que estamos ingiriendo, y la verdad es que cuando comienzas a indagar un pelín en el mundo de la alimentación sana te das cuenta de que comprar determinados productos (como los frescos) en según qué establecimientos, es un riesgo serio para la salud. Cosa que por descontado no vamos a permitir más, con la salud de nuestra hija no se juega. Y no hay mejor manera de asegurarte de que tus verduritas no tienen pesticidas, ni fertilizantes, ni son transgénicas,…. que habiéndolas sembrado, cuidado y cosechado tú mismo.

Por otro lado, aunque sea muy sano comer lo que tú mismo cosechas, si no fuese porque esta es una tarea compartida no la hubiésemos llevado a cabo, al menos por el momento. Eso de ponerme a quitar hierbas los domingos no es una de mis actividades favoritas. Pero pensar en hacerlo rodeada de mamás y papás que viven la vida de forma tan similar a nosotros, me animó lo suficiente para aceptar. Además, nuestro papi se emocionó muchísimo al conocer la idea, ¡quién se lo iba a negar! .

Total, que con tal de comer ricas y sanas ensaladas este verano, y de compartir momentos tan agradables con nuestros amigos, nos liamos la manta a la cabeza. Aquí tenéis las fotos de nuestro rincón ecológico.

Aquí nos tenéis a todos.

Los adultos estamos aprendiendo mucho gracias a las enseñanzas de nuestro maestro, el dueño de la tierra. Por ejemplo, la diferencia entre sembrar(poner semillas) y plantar (poner plantitas). En mis años de educación lectiva, jamás escuché hablar de estas cosas. Y nuestros pequeños ya lo están viviendo y disfrutando.

El entorno es una de las maravillas de esta pequeña huerta. Es un lugar de ensueño, perdido en medio de un bosque éste pequeño claro.

La parada de las fresas es el lugar preferido de nuestros pequeñuelos. Aún no hemos podido recoger para llevar a casa, y eso que dar fresas, dá muchas y deliciosas!!!

Aquí nos tenéis quitando hierbecitas.

La lucha contra las hierbas que inundan todas las semanas nuestra huerta es tediosa, pero esos momentos son compartidos con charlas a veces profundas y otras veces de lo más triviales, aunque siempre muy amenas.

Con dos añitos y medio nuesttra princesa ya ha sembarado y recolectado. Ya ha visto crecer una pequeña planta, que ha dado unas hermosas flores, que se han convertido en sabrosas fresas.

¿No es realmente un privilegio eso en nuestra sociedad?

Y como ya sabemos, los niños imitan a sus adultos para aprender. Ella solita, se coge sus herramientas y se va a un trozo de tierra a prepararla para poner su huerto.

                                                     Papi y mami quitando más hierba.

Una de nuestras herramientas de trabajo, ¿curiosa verdad?. Sí señores, esto de sembrar no es tan sencillo como yo creía. Cada tipo de planta necesita el espacio adecuado entre las demás para poder crecer. Y con esta heramienta nos aseguramos de mantener esa distancia.

;)

Y ahora las fotos de lo que estará en nuestras próximas ensaladas.

Rico, rico, deliciuuuusssss

Estas son sólo algunas. Tenemos lechugas de varios tipos, acelgas, cebollas blancas y rojas, zanahorias, rábanos, pepinos, calabazas, calabacines, pinientos italianos y de padrón, tomates

 ( de bola, de pera y cherri), cilantro, puerros, apio y 

judías altas (las planas) y bajas (las redondas).

Creo que no me dejo nada.

!Estáis todos invitados a probar nuestra cosecha!

Mami.