Pasito a paso, como las tortugas. Con pasos firmes y seguros. Así nos movemos por el mundo estos dos adultos desde que nos convertimos en padres. Cambiando de forma firme y permanente.
Un remolino de nuevas emociones se nos plantó sobre la espalda cuando tuvimos a nuestra hija en los brazos por primera vez. Desde aquella primera mirada diferente al mundo hemos evolucionado extraordinariamente.
Primero fue dormir con ella, colecho. Después llegó dejar el trabajo para dedicarme en exclusiva a sus cuidados. Luego la lactancia exclusiva meses y más y más meses. Comenzar la alimentación complementaría sin utilizar papillas. Sin guarderías. Masajes a diario. Portabebés en lugar de carritos.
Y un sin fin de cosas que no imaginamos antes de ser padres que llegaríamos ha hacer.
Nuestro último paso está siendo concienciarnos un poco más con la alimentación. Hasta ahora tratábamos de comprar productos frescos ecológicos, lo siguiente es dejar de comprar carne de procedencia desconocida. No queremos ser participes de los maltratos que sufren los animales para llegar a la carnicería. No nos consideramos vegetarianos, al menos por ahora, pero la carne en nuestra dieta lleva meses siendo escasa.
¡A seguir evolucionando!
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