Estoy feliz por poder leer un artículo así y quiero compartirlo con vosotr@s. El artículo, escrito por A. Gil, aparece en la publicación de hoy el diario EXPANSIÓN.COM.
El pasado 29 de noviembre el presidente del Consejo Escolar del Estado, Francisco López Rupérez, abría de nuevo una brecha de esperanza para las cerca de 2.000 familias –no hay censo oficial– que practican el homeschooling en nuestro país.
En el Congreso Nacional sobre Educación en Familia, que reunió durante dos días en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense a expertos jurídicos, docentes y psiquiatras, López Rupérez exigió que se regule la educación en casa. A su juicio, hay que buscar una fórmula, "sin perjuicio a la garantía del derecho a la educación", para dar cabida a este sistema que "se desarrolla en otras sociedades avanzadas".
En la actualidad este fenómeno está creciendo en nuestro país –en los dos últimos años en Cataluña ha habido un aumento del 20% hasta llegar a las 500 familias y 1.500 menores– y sobrevive con un vacío legal. En Estados Unidos tiene más de dos millones de seguidores y en Portugal -se hacen evaluaciones oficiales a los niños a los 4, 6 y 9 años para controlar su nivel de aprendizaje-, Francia y Reino Unido está reconocido.
En España, el Tribunal Constitucional ilegalizó la práctica de la educación en el hogar en una sentencia de 2010. Dos familias de Málaga habían recurrido al Tribunal por su deseo de enseñar en casa a sus tres hijos. Finalmente, la máxima instancia judicial falló en su contra, al considerar que el derecho a la educación recae en el menor y no en los padres.
En nuestro país unas veinte familias están actualmente enfrentadas a la Justicia por esta elección. Defienden lo que consideran su derecho a educar a los niños en casa, por razones muy variadas, que abarcan desde motivos religiosos a los casos de acoso en las aulas.
España es junto a Alemania el país más hostil de Europa a la educación en el ámbito familiar. "La regulación del homeschooling es necesaria e imprescindible en nuestro país", explica Sergio Saavedra, portavoz de la Asociación por la Libre Educación (ALE). Si se consiguiera regular no aumentaría el número de familias que lo practica, simplemente "saldríamos de la situación de inseguridad jurídica que existe actualmente", nos aclara.
Tendencia creciente
La escolarización en el hogar es, sin embargo, una tendencia creciente y las razones son muy variadas, no solo se encuentra la vía religiosa. "La realidad en nuestro país es que muy pocas familias educan así por motivos religiosos", puntualiza Saavedra.
Hay familias, más minoritarias, que educan a sus hijos en casa porque estos padecen trastornos físicos o psicológicos. Hay quienes lo hacen porque el trabajo de los padres implica constantes mudanzas, como sucede en el Ejército o la gente del circo. Otros optan por ello para evitar el acoso escolar.
Este sistema de educación es un método, además, que requiere que uno de los dos padres se dedique de lleno a los niños. "Las familias que optan por esta fórmula educativa deben renunciar a una parte importante de su tiempo libre. Educar en familia supone sacrificar mucho. No conozco ningún caso de personas que lo hagan por comodidad o por dinero", comenta Saavedra.
Según un estudio de 2009 del Instituto Nacional para la Investigación de la Educación en el Hogar, lo hacen sobre todo las madres. Un 81% de las mujeres que escolarizan a sus hijos en casa no trabaja fuera del hogar. Ese informe revela además que esas familias son, normalmente, numerosas. Un 68,1% tiene tres o más niños. Y un 91,7% es de raza blanca.
Estos datos se enriquecen con el resultado de las últimas investigaciones de Carlos Cabo, Catedrático de instituto y profesor asociado de la Universidad de Oviedo. En concreto, Cabo revela que las familias que se decantan por esta fórmula son lo que en términos coloquiales llamaríamos "normales y corrientes". En casi todas, uno o los dos progenitores tienen titulación universitaria; su ideología es de centro, centro derecha o centro izquierda; eso sí, se observa en todas, como característica común, la preocupación por la situación del sistema educativo. De entre las razones que les llevan a decantarse por esta opción destacan claramente las pedagógicas.
El manual de instrucciones
La ventaja principal de la Educación en familia es que permite que los aprendizajes se adapten totalmente a los ritmos del menor. Esto convierte el proceso educativo en algo placentero para quien aprende y para quien enseña, y refuerza los lazos familiares.
"La experiencia de otros países ha sido y está siendo enormemente positiva. La educación en casa es hoy la realidad educativa con mayor crecimiento en el mundo. En muchos países, como Canadá o Estados Unidos, la preocupación actual es ya cómo crear mecanismos de financiación para optar por ella", razona Saavedra.
El régimen que establece una familia que está educando a sus hijos de esta forma es muy variable. Unos siguen programas bastante parecidos a los que están implantados en la escuela y, otros, buscan sus propios recursos y enfocan el aprendizaje de los niños desde perspectivas muy distintas.
Lo importante es que el sistema se adapte al niño y no al revés. "Los niños y, en realidad, cualquier persona, con independencia de su edad, sólo aprenden aquello que les gusta. Así que la receta está clara: hay que despertar en los niños el interés por las materias, ilusión, curiosidad, ganas de saber". En cuanto a los exámenes, las familias homeschoolers llevan años demandando que a sus hijos se les deje acceder a las titulaciones en condiciones de igualdad con los demás niños.
Para conseguir que este método sea eficaz, normalmente los padres cuentan con profesores de apoyo para muchas materias. Otra pieza clave son las nuevas tecnologías. Las familias las utilizan a diario para acceder a recursos que hasta hace poco eran casi inalcanzables, como están haciendo también las propias escuelas.
Aunque a simple vista puede parecer que la práctica del homeshooling es mucho más económica que la convencional, una familia que elige esta opción se resiente. "Todas soportan el coste ordinario del sistema educativo español aunque no lo utilicen. Además, deben soportar un gasto extra en recursos educativos propios, que es muy variable. Suelen acudir a bibliotecas y a recursos online para minimizar el impacto de esta opción sobre su economía", concluye el portavoz de la asociación española.
EL HOMESCHOOLING RECUPERA LA ESPERANZA EN NUESTRO PAIS
Este fenómeno, creciente en nuestro país, está más de cerca que nunca de ser legal en España. Unos 5.000 menores reciben la educación en casa en lugar de ir a la escuela.
En el Congreso Nacional sobre Educación en Familia, que reunió durante dos días en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense a expertos jurídicos, docentes y psiquiatras, López Rupérez exigió que se regule la educación en casa. A su juicio, hay que buscar una fórmula, "sin perjuicio a la garantía del derecho a la educación", para dar cabida a este sistema que "se desarrolla en otras sociedades avanzadas".
En la actualidad este fenómeno está creciendo en nuestro país –en los dos últimos años en Cataluña ha habido un aumento del 20% hasta llegar a las 500 familias y 1.500 menores– y sobrevive con un vacío legal. En Estados Unidos tiene más de dos millones de seguidores y en Portugal -se hacen evaluaciones oficiales a los niños a los 4, 6 y 9 años para controlar su nivel de aprendizaje-, Francia y Reino Unido está reconocido.
En España, el Tribunal Constitucional ilegalizó la práctica de la educación en el hogar en una sentencia de 2010. Dos familias de Málaga habían recurrido al Tribunal por su deseo de enseñar en casa a sus tres hijos. Finalmente, la máxima instancia judicial falló en su contra, al considerar que el derecho a la educación recae en el menor y no en los padres.
En nuestro país unas veinte familias están actualmente enfrentadas a la Justicia por esta elección. Defienden lo que consideran su derecho a educar a los niños en casa, por razones muy variadas, que abarcan desde motivos religiosos a los casos de acoso en las aulas.
España es junto a Alemania el país más hostil de Europa a la educación en el ámbito familiar. "La regulación del homeschooling es necesaria e imprescindible en nuestro país", explica Sergio Saavedra, portavoz de la Asociación por la Libre Educación (ALE). Si se consiguiera regular no aumentaría el número de familias que lo practica, simplemente "saldríamos de la situación de inseguridad jurídica que existe actualmente", nos aclara.
Tendencia creciente
La escolarización en el hogar es, sin embargo, una tendencia creciente y las razones son muy variadas, no solo se encuentra la vía religiosa. "La realidad en nuestro país es que muy pocas familias educan así por motivos religiosos", puntualiza Saavedra.
Hay familias, más minoritarias, que educan a sus hijos en casa porque estos padecen trastornos físicos o psicológicos. Hay quienes lo hacen porque el trabajo de los padres implica constantes mudanzas, como sucede en el Ejército o la gente del circo. Otros optan por ello para evitar el acoso escolar.
Este sistema de educación es un método, además, que requiere que uno de los dos padres se dedique de lleno a los niños. "Las familias que optan por esta fórmula educativa deben renunciar a una parte importante de su tiempo libre. Educar en familia supone sacrificar mucho. No conozco ningún caso de personas que lo hagan por comodidad o por dinero", comenta Saavedra.
Según un estudio de 2009 del Instituto Nacional para la Investigación de la Educación en el Hogar, lo hacen sobre todo las madres. Un 81% de las mujeres que escolarizan a sus hijos en casa no trabaja fuera del hogar. Ese informe revela además que esas familias son, normalmente, numerosas. Un 68,1% tiene tres o más niños. Y un 91,7% es de raza blanca.
Estos datos se enriquecen con el resultado de las últimas investigaciones de Carlos Cabo, Catedrático de instituto y profesor asociado de la Universidad de Oviedo. En concreto, Cabo revela que las familias que se decantan por esta fórmula son lo que en términos coloquiales llamaríamos "normales y corrientes". En casi todas, uno o los dos progenitores tienen titulación universitaria; su ideología es de centro, centro derecha o centro izquierda; eso sí, se observa en todas, como característica común, la preocupación por la situación del sistema educativo. De entre las razones que les llevan a decantarse por esta opción destacan claramente las pedagógicas.
El manual de instrucciones
La ventaja principal de la Educación en familia es que permite que los aprendizajes se adapten totalmente a los ritmos del menor. Esto convierte el proceso educativo en algo placentero para quien aprende y para quien enseña, y refuerza los lazos familiares.
"La experiencia de otros países ha sido y está siendo enormemente positiva. La educación en casa es hoy la realidad educativa con mayor crecimiento en el mundo. En muchos países, como Canadá o Estados Unidos, la preocupación actual es ya cómo crear mecanismos de financiación para optar por ella", razona Saavedra.
El régimen que establece una familia que está educando a sus hijos de esta forma es muy variable. Unos siguen programas bastante parecidos a los que están implantados en la escuela y, otros, buscan sus propios recursos y enfocan el aprendizaje de los niños desde perspectivas muy distintas.
Lo importante es que el sistema se adapte al niño y no al revés. "Los niños y, en realidad, cualquier persona, con independencia de su edad, sólo aprenden aquello que les gusta. Así que la receta está clara: hay que despertar en los niños el interés por las materias, ilusión, curiosidad, ganas de saber". En cuanto a los exámenes, las familias homeschoolers llevan años demandando que a sus hijos se les deje acceder a las titulaciones en condiciones de igualdad con los demás niños.
Para conseguir que este método sea eficaz, normalmente los padres cuentan con profesores de apoyo para muchas materias. Otra pieza clave son las nuevas tecnologías. Las familias las utilizan a diario para acceder a recursos que hasta hace poco eran casi inalcanzables, como están haciendo también las propias escuelas.
Aunque a simple vista puede parecer que la práctica del homeshooling es mucho más económica que la convencional, una familia que elige esta opción se resiente. "Todas soportan el coste ordinario del sistema educativo español aunque no lo utilicen. Además, deben soportar un gasto extra en recursos educativos propios, que es muy variable. Suelen acudir a bibliotecas y a recursos online para minimizar el impacto de esta opción sobre su economía", concluye el portavoz de la asociación española.
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