En nuestra pequeña familia el contacto físico es vital. Para nosotros los abrazos, los besos y las caricias forman parte de nuestro día a día, pero la verdad es que no nos quedamos solamente en eso.
Cuando nació la Pequeña, nuestra vida cambió por completo y con ella nuestra escala de valores y necesidades. Y ahí nos encontramos nosotros, padres primerizos e ilusionadísimos, con un carísimo moises, una preciosa cuna y un carrito monísimo con todos los accesorios habidos y por haber. Y la verdad es que a la hora de hacer las compras para nuestra futura hija fuimos bastante comedidos y evitamos muchas cosas que nuestros amigos nos aconsejaban vitales.
El caso es que en el hospital tuvimos la suerte de topar con una matrona (Maribel) con ideas un tanto diferentes a lo habitual, que nos aconsejó que durante la estancia alli no utilizasemos la cunita. ¡Y que felices nos hizo!, alguien que no nos decía que la pequeña recien nacida que había en esa habitación se iba a malcriar estando en nuestra cama, alguien que nos miraba feliz cuando veía que no habíamos utilizado ese contenedor de bebés. Ese fue el comienzo de una hermosa y feliz vida.
Volvimos a casa y ni el moises ni la cuna fueron utilizados, eso sí, durante meses estuvieron ocupando un valioso espacio en nuestro pequeño hogar (por si algún día lo necesitabamos, que ignorantes eramos al principio).
El motivo de dormir todos en la misma cama, sencillo, la lactancia materna es agotadora y una mami recien parida NECESITA descansar, poniendo al bebé en tu cama lo facilitas enormemente. Este es el motivo práctico. El otro, y para mi el más importante, es la tranquilidad con la que duermen nuestros hijos, la unión y la confianza que se crea entre ambos, lo hermoso que es despertar y ver a tu pequeño a tu lado, respirando, tranquilo, feliz.
Ahora que la Peque tiene dos años, puede decirnos lo que siente al estar con nosotros en la cama, y os aseguro que escucharla decirnos mil veces que nos quiere antes de quedarse dormida todas las noches es TAN MÁGICO, TAN ESPECIAL, que vale la pena dormir algo más incomodos.
Para los que piensan que el colecho acaba con los encuentros de pareja, les diré que en nuestro caso ha reavivado la llama, ya que hay que buscar otros lugares y otros mamentos para estos encuentros.
Dormir todos juntitos y llevar a nuestra hija en brazos son parte de las cosillas que hacemos para alimentar nuestros lazos afectivos mediante el contacto. Pero también integramos el Masaje Infantil en nuestras vidas poco después de que Ella naciese.
Cuando nació la Pequeña, nuestra vida cambió por completo y con ella nuestra escala de valores y necesidades. Y ahí nos encontramos nosotros, padres primerizos e ilusionadísimos, con un carísimo moises, una preciosa cuna y un carrito monísimo con todos los accesorios habidos y por haber. Y la verdad es que a la hora de hacer las compras para nuestra futura hija fuimos bastante comedidos y evitamos muchas cosas que nuestros amigos nos aconsejaban vitales.
El caso es que en el hospital tuvimos la suerte de topar con una matrona (Maribel) con ideas un tanto diferentes a lo habitual, que nos aconsejó que durante la estancia alli no utilizasemos la cunita. ¡Y que felices nos hizo!, alguien que no nos decía que la pequeña recien nacida que había en esa habitación se iba a malcriar estando en nuestra cama, alguien que nos miraba feliz cuando veía que no habíamos utilizado ese contenedor de bebés. Ese fue el comienzo de una hermosa y feliz vida.
Volvimos a casa y ni el moises ni la cuna fueron utilizados, eso sí, durante meses estuvieron ocupando un valioso espacio en nuestro pequeño hogar (por si algún día lo necesitabamos, que ignorantes eramos al principio).
El motivo de dormir todos en la misma cama, sencillo, la lactancia materna es agotadora y una mami recien parida NECESITA descansar, poniendo al bebé en tu cama lo facilitas enormemente. Este es el motivo práctico. El otro, y para mi el más importante, es la tranquilidad con la que duermen nuestros hijos, la unión y la confianza que se crea entre ambos, lo hermoso que es despertar y ver a tu pequeño a tu lado, respirando, tranquilo, feliz.
Ahora que la Peque tiene dos años, puede decirnos lo que siente al estar con nosotros en la cama, y os aseguro que escucharla decirnos mil veces que nos quiere antes de quedarse dormida todas las noches es TAN MÁGICO, TAN ESPECIAL, que vale la pena dormir algo más incomodos.
Para los que piensan que el colecho acaba con los encuentros de pareja, les diré que en nuestro caso ha reavivado la llama, ya que hay que buscar otros lugares y otros mamentos para estos encuentros.
Sobre la manera en que dormimos a nuestros hijos cada familia es libre de hacer lo que mejor le haga sentir, de eso no hay duda. Pero no negaré que me horroriza y me entristeze muchísimo descubrir en algunas casas el famoso libro del Doctor Estivill. He leido bastante sobre el sueño infantil y los famosos métodos para "enseñarlos a dormir", y mi conclusión es que los niños ya saben dormir solitos. El sueño es un proceso evolutivo más en la vida de un niño, en cada etapa de su vida éste es exactamente como debe ser, e intentar cambiarlo sólo puede acarrear problemas a corto y a largo plazo. No debemos olvidar que el señor Eduard Estivill está especializado en los trastornos del sueño, y no en el sueño infantil, y que su famoso libro "Método Estivill", no es más que una copia del ya publicado en los 80 por el doctor Richard Ferber "Solve your child´s sleep problems". Considero que los padres que encuentran que el sueño de sus pequeños está desestructurado deberían leer libros como "Dormir sin lágrimas" de Rosa Jové (psicóloga especializada en psicopediatría y psicología clínica infantil y juvenil), o "Felices sueños" de Elizabeth Pantley.
Más tarde dimos también de lado al carrito. Nuestros bebés pasan nueve meses en nuestro interior, acarreados por nosotros, sintiendo nuestro ritmo, nuestros sonidos. Descubrimos los foulares porta-bebé y se volvieron parte fundamental en mi vida. Son ideales porque el bebé está teniendo sensaciones muy similares a las de su vida intrauterina con lo que está mucho más relajado, y la mami vuelve a tener "un poco de libertad " ya que puedes tenerlo encima y tener las manos libres para cocinar, llevar las bolsas de la compra, peinarte,.... ¡Y además es una sensación tan bonita!.
Dormir todos juntitos y llevar a nuestra hija en brazos son parte de las cosillas que hacemos para alimentar nuestros lazos afectivos mediante el contacto. Pero también integramos el Masaje Infantil en nuestras vidas poco después de que Ella naciese.
A los tres meses realizamos un taller de Masaje Infantil, y descubrí tantas cosas en él, que hace unos meses me formé como educadora de la Asociación Española de Masaje Infantil para poder compartir con más familias los beneficios que reporta el contacto físico, las caricias, los abrazos, y que mejor manera de dar AMOR a tu pequeño que con el intenso ABRAZO del masaje.
Del masaje pasaría horas hablando, es un momento tan intenso en emociones el que se consigue mientras estás dedicandole estas caricias a tu bebé que sólo puedo decir que para mi darle masaje a nuestra pequeña llega a ser tan intenso en entrega de amor y en conexión como cuando hago el amor con mi pareja. Creo que el masaje debería formar parte fundamental en la vida de todos los seres humanos, dar y recibir masaje debería ser parte de nuestras rutinas diarias durante toda nuestra vida. Es una manera tan hermosa de consolidar nuestros lazos afectivos, es tan nutritivo,... Qué os voy a decir yo que he acabado formandome para dedicarme a esto.
Además, ahora ya disfruto yo también del gustazo que da que te hagan un masaje!!!. Mi Princesita ya me los da de vez en cuando.
Probad estas delicias, ya vereis como son inmensamente agradables para ambos.
Mami
1 comentario:
sin comentarios....me dejas sin palabras...me encanta esta entrada...y es que siento exactamente lo mismo...me he sentido muy identificada...y !ala! a vender a San Jordi accesorios inútiles...jejeje
besos
rocio
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